Como todos los viernes después de Hermano Mayor en cuatro, tenemos una cita con Callejeros. Llevan desde el 11 de noviembre de 2005 mostrándonos la
realidad de lo que pasa, en sus ya más de 342 episodios, hemos podido ver el
drama de prostitutas, drogadictos. Hemos comprobado como socializan los jóvenes
y los que no lo son tanto. Esto es, un programa de televisión que nos permite
ver no solo el lado bonito de las
cosas, si no unas realidades que a veces a otros medios nos les interesa
mostrar.
Producida por Molinos
de Papel, y Mediaset España, nos
enseña a través de los ojos de un periodista y un cámara situaciones y momentos
inéditos, mostrando aspectos cotidianos de lugares, profesiones o eventos.
Reportajes de menos de una hora de duración que nos tienen pendientes en el
sofá hasta que acaban. Con 8 temporadas a sus espaldas, han cosechado numerosos
premios como los de mejor programa documental, mejor programa informativo,
mejor programa de actualidad y reportajes… y muchos otros más.
Este viernes 22 de noviembre, se emitieron dos capítulos:
uno a las 22:30 horas que llevaba como nombre “Robos con violencia” y otro cuarenta y cinco minutos
más tarde que tenía como título “Más
triste es robar”. Ambos nos mostraban la cara más margar de la crisis, una
situación económica que desde su comienzo en 2008 no para de destruir familias
enteras.
Las dos emisiones diferentes entre si pero con un punto en
común: injusticia. En el primero podíamos ver como son muchos los que por miedo
a ser robados en sus propias casas y peor aún golpeados, blindaban sus casas
como si de un bunker se tratase. Aportaban
cifras, como que en este último año se habían producido 44.000 atracos. Uno de
los lugares en los que este tipo de delincuencia había subido más, era en
Girona, donde las cifras se habían triplicado en este último 2013.
Uno de los principales objetivos de estos grupos de atracadores
son gente que vive sola, generalmente mayores. Mostraron el caso de una mujer
que por culpa de este colectivo actualmente está en silla de ruedas. La mayor
frustración de las víctimas es el no poder defenderse, el no poder evitar que
el acto se produzca.
Nos enseñaron también los efectos de una nueva droga, la
conocida como burundanga o escopolamina, que se usa para anular la
voluntad de las personas y así
aprovecharse de ellas. Tanto para cometer un delito sexual, como para robarles
y quitarles todas sus pertenecías. Cada vez son más los afectados, pero muchas
de las víctimas no llegan nunca a denunciarlo, principalmente por “vergüenza”.
Debemos tener conciencia de todas estas situaciones, no fiarnos de desconocidos
y jamás aceptar nada de alguien que no conozcamos.
El segundo programa se centraba más en el drama del día a
día de gente sin recursos, personas que se encuentran sin subsidio y sin nada
que llevar a la boca de sus hijos. Muchos de ellos explican como tienen que
optar por la ilegalidad, por lo conocido como Hurto famélico, o lo que es lo mismo robar por necesidad. En este
país estas acciones han aumentado un 44% en este último 2013, se producen alrededor
de 113.000 hurtos al año.
Nos mostraron uno de los casos más conocidos es el de Emilia,
una joven residente en Valencia que tras encontrarse una cartera en la calle y
viendo las necesidades que había en su casa, decidió utilizar una de las
tarjetas para comprar comida y pañales para sus hijos. Esta acción la llevó
hasta la justicia, que al condenó a casi dos años de prisión. Tras los
numerosos apoyos reducidos por la gente, decidieron absolverla.
La pobreza es un tema delicado, una situación que nadie la
busca, que desgraciadamente llega y nada se puede hacer para evitarla. Mi
consejo es que se aproveche todo lo que se tiene, que se consuma, pero que no
se derroche NADA. Son muchos los que están pasando necesidades, por ellos y sobre
todo por lo que pueda pasar en el futuro, hay que cuidar lo que se tiene. Hay
que vivir el Carpe Diem, pero andando
con pies de plomo, no dilapidando.
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